jueves, 2 de enero de 2014

Alicia Silva Rey

Carta vigésima

                                                                                 
Y lo que hacías ahí, bajo el terraplén,
 era poner en libertad a una criatura viviente
atada a una cuerda
y lo hiciste para permitirle arrastrarse de                
nuevo hacia su guarida
y olvidaste besar su  escama pálida en la cabeza
y ha habido casos de esos reptiles
que se mordieron las colas
al ser atados maniatados
y era porque ella se parecía a nosotros
que bajaste allí y cortaste
la  cuerda que la sujetaba
y esperamos que huyera y  por un instante                                      
olvidamos
que el musgo alcanzaría nuestros labios
y cubriría nuestros nombres




Carta vigésimo primera

Percibo mi ración de harina y miel
como recompensa por haber permanecido despierta
una noche sobre la manta de ceniza
ceniza un nombre,
contorneo su hueco,
doy forma al agujero de incineración


(c)Alicia Silva Rey

De Cartas a la iguana  (inédito).
Ezpeleta, 2012.

Alicia Silva Rey nació en Quilmes, provincia de Buenos Aires, en 1950.
Es docente de enseñanza primaria (maestra y bibliotecaria escolar).
Escribió: La mujercita del espejo (1985); Fragmento de correspondencias (1996-2003); (circa) (2004-2007) de próxima publicación en Años Luz Editora; Orillos (2006); Cartas a la iguana (2013); Partes del campo (2013), Bodas (2013);La pared-al padre (nouvelle, 2013).
Publicó La solitudine (Bs. As., CILC, 2009). Colaboró con Gustavo Fontán en el guión de su película La madre (2010). Escribe en  del Sur, agenda cultural de Quilmes, que dirige Sonia Otamendi.
En mayo de 2013 participó en las VI Jornadas de Mujeres Escritoras en la ciudad de San José de Río Preto (Estado de San Pablo), Brasil, representando a la Argentina.

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